Los pasados días 23,24 y 25 de marzo varios alumnos de Munabe tuvieron la ocasión de participar en las XIX Jornadas de Excelencia Literaria, organizadas por el escritor Miguel Aranguren. La experiencia tuvo lugar en el campus de la Universidad de Navarra donde los alumnos pudieron participar en diferentes talleres y sesiones respecto a la escritura, a la par que conocer cómo se trabaja y se vive en la universidad.

Los alumnos participaron en talleres de muy diversa índole: desde la creación de personajes en la sesión Mi propio Frankestein, impartida por el editor David Franco, pasando por cómo se pueden usar las enseñanzas del mundo antiguo- los progymnásmata– en la escritura hoy en día, escribiendo una líneas a partir de los cuadros del museo de la Universidad de Navarra e incluso conociendo cómo se gestiona una revista literaria de la mano de los alumnos que participan en ella. Además, los alumnos pudieron ser espectadores de un breve espectáculo dramático titulado La creación.

A lo largo de las jornadas Miguel Aranguren se refirió en varias ocasiones a la colaboración constante de Ayalde-Munabe con Excelencia literaria, recalcando la labor que se ejecuta en los colegios en pro de la formación humanística del alumnado, que forma parte del desarrollo íntegro de la persona, que enriqueciendo su experiencia vital y haciéndolo más capaz de aportar creativamente al mundo que nos rodea.

UN EJEMPLO DE CREACIÓN LITERARIA: EL DIÁLOGO ECFRÁSTICO

La écfrasis es un ejercicio de creación literaria consistente en la descripción literaria de una obra artística. Durante las Jornadas nuestros alumnos tuvieron la ocasión de practicar esta disciplina ante los cuadros del Museo de la Universidad de Navarra. Os dejamos un aquí un fragmento de la obra de Mikel Segovia (3ºESO):

Esta obra, es arte, al igual que las demás, pero hay algo en ella que no para de llamarme la atención. Quizá lo visual que es, o la tristeza que expresa el espectador. Pero hay algo en su mirada que inspira, que transmite. Es un hombre, que como muchos otros, espera su turno para salir al escenario, para ser el centro de atención de su propia vida, algo que no consigue a causa de su timidez. Y él sigue y sigue esperando sentado, siendo el espectador de espectadores, sin atreverse a tomar las riendas y saltar al escenario. Y, sin darse cuenta, se va tornando cada vez más gris, y con él todo a su alrededor. Llega un momento en el que, pierde la noción del tiempo y la acción de esperar se vuelve casi automática. Ya da por hecho que no hay nada más allá que sentarse y esperar, no ve luz al final del camino. Entonces, la silla de madera en la que está sentado y él, se vuelven uno. Y termina como empezó, siendo espectador de espectadores.

Unas jornadas para la creación. Munabe en las XIX Jornadas de Excelencia Literaria 1