Los alumnos de 2º de Bachillerato deben prepararse para la Selectividad, lo que no quita que lo hagan de una forma amena. Claro ejemplo es Dibujo Técnico, una de las asignaturas más divertidas de todo el currículum, en la que, cada semana, se genera una “clasificación”, ilustrada con cascos de obra de diferentes colores.

Para ello, en cada clase deben resolver un ejercicio de los exámenes de años pasados. Este se evalúa y semanalmente se genera un ranking, visualizado mediante los cascos de seguridad anteriormente mencionados. Un complemento que los alumnos, probablemente, deberán vestir dentro de unos pocos años, cuando se incorporen al mundo laboral.

De esta forma, los cascos de color blanco son los más cotizados, ya que corresponden a las personas de mayor cualificación técnica: directores de obra y responsables de diseño. A estos le siguen los amarillos, los naranjas, los verdes y los azules.

Además de esta sencilla estrategia de gamificación, las notas tienen un componente de trabajo colaborativo, ya que la calificación final de la semana es la media entre la nota que cada alumno consigue con la obtenida por uno de sus compañeros. Así, a lo largo del curso todos habrán sido evaluados conjuntamente por parejas. Con ello se pretende que desarrollen destrezas de trabajo en equipo, pues la nota semanal depende no sólo de los ejercicios que cada alumno realiza, sino también de los ejercicios que entrega su compañero de equipo durante esa semana. Para complementar todo ello, hay un panel colaborativo Padlet en el que los alumnos pueden ver los ejercicios mejor valorados de todos sus compañeros.

Acabamos de comenzar el curso, pero, por ahora, los resultados están siendo muy positivos, y todos los alumnos están realizando unos trabajos más que notables. Grandes alumnos, gran colegio.